viernes, julio 20, 2007

Pescan un pez prehistórico



Pescadores de Tanzania capturaron un pez “coelacanth” que fue considerado ya extinguido del mundo desde hace tiempo


Según informaron el 17 los medios de Tanzania, los pescadores de la Isla Zanzíbar de Tanzania captaron días atrás un “coelacanth”, pez de gran rareza. Según el investigador del Instituto de Ciencias Oceanográficas de la Isla Zanzíbar, el pez fue capturado al Norte de la Isla, que mide 1,34 metros de largo y pesa 27 kilos. Es una especie carnívola de pez de gran agilidad, y sus aletas parecen extremidades. Hace unos 360 millones de años aparecían en el mundo. Se consideran que tienen relaciones parentescas con los animales de cuatro extremidades. Generalmente se le consideran como “fósil viviente”. En un tiempo, los científicos sostenían que había extinguido del mundo hace 80 millones de años. Pero un pez de su clase fue capturado por pescadores en 1938 en la costa oriental de Africa del Sur. Desde entonces, se informaron sucesivamente en los países alrededor del Océano Indico, como Comores, Indonesia, Kenia, Madacasgar y Mozambique las capturas de semejante pez. (Pueblo en línea)

jueves, julio 12, 2007

Las centollas colonizan la Antártida


No había registro fósil de su paso por el continente blanco en los últimos 25 millones de años

Siempre se pensó que no había centollas en la Antártida. A la ausencia en el registro fósil de huellas de su paso por el continente blanco en los últimos 25 millones de años los científicos sumaban otras razones: la diferencia de temperatura entre las aguas que rodean Tierra del Fuego de las de la Península Antártica era presentada como una barrera infranqueable para estos crustáceos, que poseen altas concentraciones de magnesio en la sangre. "En combinación con bajas temperaturas, el magnesio produce un efecto anestésico que hace que las centollas queden aletargadas, sin poder moverse y sin poder hacer circular agua por sus branquias, lo que las lleva a la muerte", explicó a LA NACION Gustavo Lovrich, biólogo marino del Centro Austral de Investigaciones Científicas (Cadic), en Ushuaia, Tierra del Fuego. Todo encajaba perfecto: no había centollas en la Antártida, no había nada que indicara que estuvieron allí en 25 millones de años y a las centollas no les gusta el frío extremo. Hasta que aparecieron las centollas... Entonces, los científicos tuvieron que explicar qué hacían allí los crustáceos y, más aún, cómo habían logrado adaptarse a ese clima inhóspito para un animal con magnesio en la sangre. El enigma del frío "Las primeras aparecieron en el 96, cerca de la Península Antártica; después se las volvió a ver en el 99 y en 2000", contó Lovrich. Para este investigador del Conicet, parte del desconocimiento de su presencia en las frías aguas antárticas se debe, sencillamente, a que no fueron buscadas con métodos adecuados. "Las centollas, al contrario de lo que se cree, son bastante rápidas, y si ven una red aproximarse por el fondo pueden evitarla -aseguró-. Recién en los últimos años, cuando se empezaron a usar vehículos de operación remota, se encontraron las primeras." ¿Cómo hacen para sobrevivir al frío con tanto magnesio en la sangre? "Nosotros estudiamos larvas de centollas, a las que forzamos en laboratorio a temperaturas como la de las aguas de la Antártida, que tiene entre 1° y 2°, y pudimos observar que han desarrollado adaptaciones para sobrevivir al frío: tienen niveles muy bajos de movimiento y no se alimentan, pues nacen con reservas energéticas." Los estudios de Lovrich y sus colegas del Cadic muestran que los huevos de los que emergen las larvas de centollas cuentan con una provisión de proteínas y grasas que les permiten sobrevivir sin alimentarse durante todo el período larval. Además, ese período es más extenso de lo normal: dura entre 3 y 4 meses y no 2 meses, como en las aguas más templadas que rodean Tierra del Fuego. "Las condiciones de frío hacen que el desarrollo general sea más lento, y lo mismo el crecimiento", explicó Lovrich. Ahora que el misterio del frío ha sido resuelto queda un enigma por resolver: ¿cuándo llegaron las centollas a la Antártida? "En términos geológicos, su llegada es relativamente reciente -dijo Lovrich-. Sabemos que los cangrejos y las centollas desaparecieron de la Antártida hace 25 millones de años, cuando se abrió el pasaje de Drake", que separa Tierra del Fuego del continente blanco. "Lo que no sabemos es si llegaron hace cien años o hace varios cientos o miles de años", concluyó.

Sebastián A. Ríos. LA NACION

sábado, julio 07, 2007

Las Algas producirán Biodiesel en Argentina!!


Invertirán US$ 60 millones para producir biodiésel con algas
Es un proyecto de dos firmas locales, pero con aportes de fondos extranjeros.


La producción de biodiésel utilizando aceite de algas está en marcha en la Argentina. La empresa Oil Fox y Biocombustibles de Chubut se asociaron para intercambiar conocimiento y tecnología. Empresas extranjeras harán el resto: invertirán casi 60 millones de dólares para llevar adelante el proyecto. "Esto se definirá a mediados de este mes cuando les presentemos a los inversores nuestros avances", dijo entusiasmado Jorge Kaloustian, presidente de Oil Fox. De concretarse el proyecto, la firma será una de las principales productoras de biodiésel del mundo.El biodiésel es un combustible limpio, que bien puede reemplazar al diésel (gasoil) elaborado con petróleo. Tiene similar o mayor rendimiento y no es contaminante. Generalmente se elabora a través del aceite de soja. Pero los estudios realizados permitieron comprobar que el aceite de algas es absolutamente compatible para su producción."De las 40 mil especies de algas que existen, hemos seleccionado 4 que son las más aptas", dijo Kaloustian. Y también destacó su mayor rendimiento: "De una hectárea de soja se obtienen 400 litros de aceite. De una de algas, 100 mil. La diferencia es notoria", aseguró.Los directivos de Oil Fox realizaron una presentación en el Centro de Energías de Chubut, en Comodoro Rivadavia. Allí se montó un laboratorio experimental y también una pileta para la cría de algas. En total se construirán en Comodoro 2.000 piletas similares. La producción anual será entre 300 a 360 mil toneladas.La obtención de datos para la utilización de algas requirió tres años de estudios en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. La empresa, en colaboración con Biocombustibles de Chubut, está en condiciones de comenzar la producción de manera inmediata. "Eso se logrará en cuanto cerremos el acuerdo con los inversores". Habrá una reunión previa en Chubut y otra en San Nicolás. Allí estarán presentes inversores de Alemania, Inglaterra y Suiza.La empresa ya adquirió una estación de servicio en Barracas donde se expenderá biodiésel únicamente.Kaloustian recuerda los inicios en 1997 en Santa Fe, donde comenzó a trabajar con la soja. El declive con la crisis del 2001 y el volver a empezar en 2005. "Algunos no creyeron en este proyecto y pusieron muchas exigencias que en algunos casos no dependían de nosotros y no podíamos cumplir. Pero demostramos que en la Argentina se puede hacer este tipo de cosas, a tal punto que ya tenemos comprada toda la producción", enfatizó. El empresario también habló de las bondades de las algas: "Se alimentan con monóxido de carbono por lo cual hasta colaboran para tener un ambiente más limpio. Y tienen un índice de yodo de 118, un parámetro muy positivo a nivel internacional para la producción de combustible". Lo comparó con la soja, cuyo nivel es de 130.En Comodoro Rivadavia trabaja junto a Marcelo Machin, director de Biocombustibles de Chubut. En un pequeño laboratorio se llevan adelante todos los estudios complementarios con las algas. Allí también funciona la primera pileta que sirve como criadero.En estos días, Kaloustian recorrió la zona costera de Comodoro Rivadavia. "Es totalmente apta para la construcción de las 2.000 piletas que harán falta", aseguró.